Testamento del viejo 2019

Parto de prisa y sin risa porque dejo un annus terrible (año terrible), lleno abundante droga, violaciones sexuales a mujeres y niños, sicariatos, femicidios, peculados, asaltos, desempleo, pobreza, deudas del gobierno con organismos internacionales… ¡Qué lío!... ¡Quiero arder pronto!...

Lo peor ha sido la política partidista que nos dividió y jodió; no podemos pasar de agache estos baches.

A las brisitas de Maduro y su lugar teniente Diablodado Descabellado (Diosdado Cabello) les dejo un ventarrón para que sus risitas se les conviertan en preocupación y caigan de su dictadura como papayas maduras por el bien de Sudamérica, a la que anhelan destruir.

A los instigadores, cómplices y autores de los terribles hechos de destrucción del octubre trágico, les dejo muchos años de cárcel por antipatrias: zurdos de caviar, rábanos rojos por fuera y blancos por dentro.

No más pensiones vitalicias para expresidentes y exvicepresidentes, sigan el ejemplo de Lenín que puso fin a su pensión de exvicepresidente. A los lentos asambleístas les rebajo el sueldo a la mitad para que produzcan más y peleen menos.

Viudas del año viejo

“Del valle a la altísima sierra” retumba el nombre de Independiente, campeón de la Copa Sudamericana de Fútbol… ¡Felicitaciones!... ¡Ojalá la magia que mostró como delantero el Beto Alfarito saque como presidente del laberinto económico, de la lona, al Barcelona! Felicitaciones sin fin para el campeón Delfín.

Nasib Neme de Emelec y Esteban Paz de Liga de Quito deben mejorar sus lenguajes violentos para no constituirse en mal ejemplo para los hinchas.

Las Universidad de Guayaquil, la Penitenciarías, el Instituto Ecuatoriano de Seguridad constantemente producen escándalos. En ellas todos es posible como en la “dimensión desconocida”. Deben darse un baño de pureza para que sus dimensiones sean reconocidas.

Correa nos dejó la mesa podrida de corrupción, pero esta sigue campeando; hay que cambiar para crecer y no perecer.

Monigotes del año viejo

A pesar de todo lo malo del 2019, seamos optimistas en el 2020: cambiemos el país empezando por cada uno de nosotros; con fe lograremos que el próximo año nos regale 365 esperanzas; cada día, 24 satisfacciones y cada hora, 60 alegrías.