Con nuestro precursor Eugenio Espejo se cumplió lo que dijo
Danton: “La revolución empieza por la inteligencia para ir de ahí a las
barricadas”; fue la conciencia crítica de la Colonia, fundó al primer periódico
Primicias de la Cultura de Quito para orientar la acción de las instituciones y
el gobierno.
Logró publicar siete números, del 5 de enero al 29 de marzo
de 1792. Espejo se muestra en este célebre periódico como un despertador de la
opinión pública, preocupado por el cultivo de las letras, la pedagogía,
analista de los problemas sociales, crítico del arte, suscitador de sus
compatriotas para que se interesen por la ciencia, la agricultura, el comercio
y la política; creía que el hombre que se ha civilizado debe exhortar al
populacho para que comprenda que el bien común está por sobre el bien
particular, es decir la igualdad de derechos.
En el suplemento del primer número del 5 de enero manifiesta que las escuelas de primeras letras son las que
forman todo el ser científico, moral y religioso de las repúblicas y que el
maestro forma el corazón del muchacho en el aprecio del verdadero honor, le
explica que es la humildad y la enseña con su ejemplo, anuncia al niño las
delicias de la liberalidad; pule, adorna, fabrica, tornea las costumbres del
tierno discípulo, debe enseñar a usar la razón, esto es, acostumbrarle a que
piense; son lecciones de una educación para la libertad que tienen vigencia
después de 227 años de planteadas.
La dignidad y la liberación de la mujer se presentan cuando
en el número tres de Primicias, 2 de febrero de 1792, aparece una carta firmada
por Erophilia (posiblemente Manuela Espejo, hermana del precursor) que entre
otras cosas dice: “(…) Mientras los hombres no nos dominen, y al mismo tiempo
nos sirvan por el amor, tampoco nosotras podemos imperar legítimamente en el
reino de la naturaleza, ni servir a la sociedad. Es menester que el amor nos
saque de la esclavitud (…)”.
Espejo fue muy importante porque pensó de forma
diferente; fundó Primicias para que entendamos de que la ignorancia y la
barbarie debíamos penetrar decididamente en la civilización. Hernán Rodríguez
Castello afirmó que Primicias es, como todo buen periodismo, mensaje vivo,
vitalmente transmitido, que hasta ahora vive.
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