Vivimos una degradación moral en una sociedad sin valores.
Ecuador cerró con una cifra terrorífica de 105 mujeres asesinadas por sus
parejas o exparejas. Los defensores públicos no se dan abasto con la carga
procesal del país, cada uno lleva un promedio de 468 casos. 31 jueces fueron
destituidos entre febrero y diciembre del 2019 por faltas. Esta frase célebre
nos identifica: “La justicia es gratuita: lo que cuesta son los medios para
llegar a ella”. Noel Claraso.
Los narcotraficantes se han incrustado en el sistema social ecuatoriano.
Resultan preocupantes las expresiones del ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín: “Esmeralda
se ha controlado y se controla muy bien, pero hace falta controlar otros
corredores que están atravesando actividades ilegales”.
La educación ecuatoriana nos ha llevado a que el talento de
los alumnos sea desperdiciado porque está dirigido por profesionales del “seso
débil”.
Parece ser que la ley de la gravedad es la única ley que se
respeta en el Ecuador. Guayas registro 7670 siniestros de tránsito. Pichincha,
4072.
Las cartas de los lectores en los diarios del país son
buenos indicadores de nuestra realidad: corrupción en el IESS, inseguridad
ciudadana, desempleo, abusos a menores, cárceles ingobernables, femicidios,
sicariatos.
El Ecuador supera un déficit fiscal de 5000 millones de dólares
y es la nación más endeudada de Latinoamérica, de acuerdo con el Producto
Interno Bruto (PIB), su economía es una de las menos productivas, según los
analistas.
Las destructoras protestas de
octubre dejaron en las 2019 pérdidas de hasta 800 millones de dólares, según estimaciones
oficiales. La meta de crecimiento del
2020 apunta a un 0.7%, de acuerdo con las proyecciones del Banco Central del
Ecuador… Solo la esperanza nos salvará.
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