Las contradicciones del Gobierno
han traído molestias. Ordenó que solo hasta las 00h00 del 17 de marzo podían
entrar aviones al país, para prevenir el contagio del coronavirus.
Ahora se acusa equivocadamente
hasta de delito de lesa humanidad a la alcaldesa Cynthia Viteri porque bloqueó
el arribo de un vuelo en el aeropuerto de Guayaquil de una nave que traía tripulantes
españoles para llevar a los compatriotas a su país de origen; tuvo la buena intención
de protegernos, no causó ningún accidente.
Ciertos políticos han visto en la
acción de la alcadesa la oportunidad para el proselitismo; ven solo los
intereses de los partidos para escandalizar, sin importarles la grave situación
que nos agobia.
Mucho papel y tinta siguen
gastando lamentablemente ciertos medios de comunicación para declarar culpable
a la alcaldesa, antes de algún veredicto de la justicia en última instancia. Leí
en un matutino que ocho consultados la acusaban y condenaban de prepotente y
arbitraria, mientras uno la defendía en derecho. Una cosa es opinar; otra
condenar. ¡Qué desigualdad! ¿Dónde queda la presunción de inocencia?.
En verdad que mucha contradicción
ha habido por parte del gobierno, sobre todo por contar entre sus miembros con
elementos que no han aprendido de la experiencia que vivimos; no debe haber
tantos voceros.
Debemos preocuparnos más porque
los abnegados servidores de supermercados, boticas y distribuidoras de
medicinas les pongan carros para el traslado, les den alimentación; también a
los médicos y enfermeras, que además en ciertos casos no los dotan ni de
guantes ni de mascarillas, no los proveen de gel-alcohol, reactivos para
exámenes; valientemente han protestados para que nos enteremos de la verdad.
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