Decía el doctor Jorge Zavala Baquerizo que "el pacto en sí, no es algo malo ni negativo. Pacto repudiable es el que se lleva a espaldas
del pueblo, buscando satisfacer ambiciones personales". En la política ecuatoriana
siempre ha habido pactos; por ejemplo, militares y civiles en 1978 acordaron el
Plan de Retorno a la Democracia, el pacto de la “regalada gana” se dio entre
roldosistas y socialcristianos, el acuerdo de “la camioneta” sirvió para sacar
al presidente Abdalá Bucaram y elegir al presidente del Congreso, Fabián Alarcón,
como presidente de la República.
Ahora socialcristianos y correístas votan en
conjunto en la Asamblea cuando están de acuerdo, es evidente que el Gobierno en
busca de apoyo ha pactado con asambleístas a quienes entregó los hospitales;
ocho organizaciones entre políticas y ciudadanas formaron la Unión por la
Esperanza, una de ellas, Centro Democrático, está dispuesta a pactar con los
correístas, es decir acogerlos para que intervengan en las próximas elecciones.
Algunos partidos políticos le echan el ojo al independiente
exvicepresidente Otto Sonnenholzner, pues como es joven puede llegar a ser el
preferido de los cientos de miles de votantes jóvenes. Se avizoran pactos inesperados
porque en tiempos de elecciones hasta los izquierdistas son de derecha; la cosa
recién comienza en este país super endeudado, con muchos candidatos, donde Alá
cría a los políticos, como a ciertos asambleístas campeones de anhelar dinero
para ser millonarios, y a Alí Babá los junta para que formen sociedades para
delinquir.
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