Se oye el sonar de las copas del amanecer del 1 de octubre,
día del pasillo ecuatoriano, llora la guitarra en manos de Rosalino Quintero;
no calla porque acompaña a Julio Jaramillo que canta con corazón y sentimiento
en el aniversario de su cumpleaños (85) a las queridas madrecitas, al amor
imposible de Elsa, al Guayaquil de nuestros amores, a la guayaquileña linda
florcita de primavera; pasillos que encierran sutileza y encanto.
Julio Jaramillo el cantante ecuatoriano más conocido
internacionalmente no solo grabó pasillos en nuestro país, sino también en
otras latitudes donde fue aclamado. Encontré en Medellín, Colombia, donde todavía
se venden sus elepés en los almacenes discográficos, el titulado Julio
Jaramillo canta pasillos de antología, que contiene: Anhelos, Chorritos de luz,
Sé que me matas, Lamparilla, Adoración, Limosna de amor, Piedad, Como si fuera
un niño, Sueño y dicha, Sombras, Romance de mi destino y Tatuaje. El sello
disquero Sonolux las seleccionó porque son canciones que tienen años de figurar
entre las favoritas de América en la voz de indiscutible emoción del
guayaquileño Julio Jaramillo.
Si Alejandro Pro Meneses, melómano y coleccionista, aseguró
haber reunido 5.000 pasillos de diversas tendencias que muestran una
cartografía de lo que somos, según investigación del Ministerio Coordinador de
Patrimonio; entonces Julio Jaramillo, que se calcula que grabó más de 1.000
pasillos, tiene la quinta parte del total. Su última actuación fue en radio
Cristal, poco antes de morir, en un homenaje a Alberto Spencer, donde cantó los
pasillos Guayaquil de mis amores y Guayaquil pórtico de oro.
Nuestro cantor es el intérprete del sentimiento popular,
pues, en cada canción los latinoamericanos se sienten representados. El mejor
homenaje que se le puede dar a Julio Jaramillo es considerarlo patrimonio
nacional y recordar siempre sus canciones, ahora que recordamos nuestro bicentenario
de independencia.
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