Rafael Correa que se consideraba revolucionario de izquierda
hizo todo lo posible por honrar a su héroe Eloy Alfaro, pero falló porque este
luchador fue honrado con el dinero público y Correa no. La Fiscalía y la prensa
libre lo desenmascararon. El correísmo sin Correa no está en capacidad de
contar con un candidato que gane las elecciones. Ante tanta dispersión, se ha hablado
de consensos, que en nuestro país se dan pocas veces. Nebot y Lasso unen
fuerzas contra las izquierdas. Lasso se presenta por tercera vez a la
presidencia, tiene la ventaja de ser conocido. Sixto Durán Ballén fue tres
veces candidato y Rodrigo Borja también; a la tercera fue la vencida, pero la
historia no siempre se repite como en Chile: izquierda primero, derecha después…
y viceversa.
Pachakutik con Yaku Pérez para la presidencia simpatiza con Unidad
Popular, como movimientos de izquierda incansablemente luchadores por el poder
político. Moreno prometió empleos, pero falló. Debemos votar por candidatos que
argumenten sólidamente cómo va a darse el crecimiento económico para que haya
empleo, atención a la salud, educación y vivienda.
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