Los grandes políticos hacen comprender con pocas palabras
muchas ideas. Los espíritus ínfimos, al contrario, tienen el don de hablar sin
decir nada; es decir cantinflean.
Políticos como Alexis Mera, con sentencia condenatoria por
corrupción, con el ego resplandeciente, le echa la culpa a “una justicia
corrompida y funcional con la prensa”, pues gracias a las leyes que ellos
promulgaron porque el derecho fue una de las formas de la política estatal del
correísmo, y a las denuncias fundamentadas de los valientes periodistas Cristhian
Zurita y Fernando Villavicencio la Fiscalía pudo iniciar las investigaciones;
otro, Rafael Correa, de egocéntrica personalidad, cree que la sentencia de ocho
años que le impusieron “le aumentará el apoyo popular”.
Son los que se creían semidioses que por fin están pagando
el inmenso mal que le causaron al pueblo, y los que tienen un pasado negro por
una cadena de delitos. Los candidatos de estos hombres sin principios se
enfrentarán en las urnas con un pueblo que sí tiene memoria y que los
rechazará. Prohibido olvidar.
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