A pesar de que la gente lo
calificaba de “hombre duro”, implacable, autoritario, de excesos; en la vida
familiar era comprensivo, apegado al hogar y con gran devoción por los niños,
optimista; amaba a Guayaquil y al resto del Ecuador.
Daba mucha importancia a la
preparación del ser humano: “Yo creo que lo que mi padre me dio fue la
oportunidad de tener una buena educación y con ello me garantizó el futuro. Eso
mismo es lo que debemos hacer en el Ecuador, dar educación acorde a nuestra
realidad para inyectar el ansia de progreso para nuestro país”.
Las personas que laboraron con
León lo recuerdan como a un “hombre duro”, pero justo, cordial y franco,
sensible y caluroso en sus relaciones profesionales.
Hay quienes guardan gratitud y
reconocimiento por la ayuda que tuvieron de parte de él para atender asuntos de
salud y necesidades económicas. Fidel Castro manifestó en algunas ocasiones: “Febres
Cordero, de derecha y yo de izquierda perseguimos y hemos conseguido darles
bienestar a nuestros pueblos, desde nuestras diferentes visiones del mundo,
pero principalmente lo logramos por nuestra autenticidad y honradez con
nuestros ciudadanos”.
Para algunos críticos León no
logró hacer mucho durante su presidencia y lo tildaron de populista, pero como
alcalde logró que Guayaquil volviera a merecer el calificativo de “Perla del
Pacífico”.
Hombre de carácter fuerte que
formó su vida, temido por sus adversarios políticos a quienes los combatió sin
piedad.
Muy buena nota Cesar. Lo conocí en la natacion, compartí mucho con el en el país y en el extranjero. Era muy cordial y solidario. Lo pude apreciar fuera de la política como un ser humano extrairdinario
ResponderBorrarGracias por tus palabras, transmítalo.
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