miércoles, 15 de abril de 2020

La otra cara de León



A pesar de que la gente lo calificaba de “hombre duro”, implacable, autoritario, de excesos; en la vida familiar era comprensivo, apegado al hogar y con gran devoción por los niños, optimista; amaba a Guayaquil y al resto del Ecuador.
Daba mucha importancia a la preparación del ser humano: “Yo creo que lo que mi padre me dio fue la oportunidad de tener una buena educación y con ello me garantizó el futuro. Eso mismo es lo que debemos hacer en el Ecuador, dar educación acorde a nuestra realidad para inyectar el ansia de progreso para nuestro país”.

Las personas que laboraron con León lo recuerdan como a un “hombre duro”, pero justo, cordial y franco, sensible y caluroso en sus relaciones profesionales.
Hay quienes guardan gratitud y reconocimiento por la ayuda que tuvieron de parte de él para atender asuntos de salud y necesidades económicas. Fidel Castro manifestó en algunas ocasiones: “Febres Cordero, de derecha y yo de izquierda perseguimos y hemos conseguido darles bienestar a nuestros pueblos, desde nuestras diferentes visiones del mundo, pero principalmente lo logramos por nuestra autenticidad y honradez con nuestros ciudadanos”.



Para algunos críticos León no logró hacer mucho durante su presidencia y lo tildaron de populista, pero como alcalde logró que Guayaquil volviera a merecer el calificativo de “Perla del Pacífico”.

Hombre de carácter fuerte que formó su vida, temido por sus adversarios políticos a quienes los combatió sin piedad.

2 comentarios:

  1. Muy buena nota Cesar. Lo conocí en la natacion, compartí mucho con el en el país y en el extranjero. Era muy cordial y solidario. Lo pude apreciar fuera de la política como un ser humano extrairdinario

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