Nuestra prensa es crítica

En un país como el nuestro con instituciones débiles, con organismos de control politizados, con el gran poder corruptor de contratistas y narcotraficantes, con funcionarios públicos salvajemente locos por el dinero fácil; nuestra prensa es crítica, vigorosa, independiente y profesional. 

No ha ejercido el contrapoder, como aseguran ciertos políticos corruptos, prófugos, enjuiciados o con sentencias ejecutoriadas; que tanto mal han causado al país. Nuestra prensa investiga, contrasta, denuncia y critica. Los ciudadanos comunes, los hombres multitudes, como los llamó el gran periodista Rafael Díaz Icaza, se identifican con los editorialistas porque los representan, son las voces de ellos, las voces de protesta, que con claridad y sencillez describen las verdades para una mejor comprensión. 

La gran gesta para quienes trabajan en la radio, televisión o escriben en los diarios y revistas es el auténtico dolor que sienten por el sufrimiento de los ciudadanos marginados, porque si el periodismo no es todo, el periodismo no es nada. 

No es casualidad que los gobiernos autoritarios, como los de Rafael Correa, Nicolás Maduro, Daniel Ortega… hayan visto en los periodistas un peligro y establecido la censura para enjuiciarlos y hasta encarcelarlos, como ha procedido Maduro. Los ecuatorianos debemos tener presente que el derecho a la información no es lo que un mandatario o asambleísta nos regala, sino lo que nadie nos debe quitar.