Se ha afirmado que llevamos más muertos que en
la segunda guerra mundial por causa del terrible COVID-19. No nos queda más que
seguir luchando hasta que la ansiada vacuna se comercialice, pero no cuidarnos
un solo día, sino todos los días de nuestras vidas. Los seres humanos que nos
damos por vencidos somos los que no nos queremos ni tampoco a nuestras familias
y compatriotas porque no podemos convertirnos en transmisores de esta pandemia.
Ten cuidado con tu vida; tal vez ella sea el único Evangelio que algunas
personas vayan a leer, sentencio San Francisco de Asís.
En esta pandemia nos hemos dado cuenta de que a
los seres humanos nos cuesta mucho trabajo aprender de la experiencia, sin
embargo lo peor es lo que no se intenta; en esto debemos trabajar mucho los
padres y maestros. Los grandes espíritus siempre han tenido que luchar contra
los quemeimportistas que creen que a ellos nada los contagia. Sucede también en
países más avanzados como Estados Unidos, Francia, España. Los transgresores de
las normas de bioseguridad siempre aparecen con mejores y más grandes artimañas.
Cuidarse es proteger a los demás para hacer el bien
a través del esfuerzo. Luchemos contra aquellos que manifiestan que los
ecuatorianos nos caracterizamos por olvidar todo, aun las elementales
normas de salud que antaño cumplíamos.
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