Para los niños de las escuelas compuso la Canción al 9 de Octubre -cuya letra es del ilustre poeta guayaquileño José Joaquín de Olmedo y Maruri- que alcanzó popularidad mucho antes de que la Municipalidad decidiera reconocerla oficialmente como el Himno al 9 de Octubre.La Municipalidad aprobó la canción el lunes 8 de julio de 1918, dos años después de la muerte de la pianista. El 25 de julio de 1966 la Municipalidad confirmó esta ordenanza. La interpretación de la Canción al 9 de Octubre es obligatoria en actos solemnes de la institución y en las fiestas patrias.
Isabel Ana Villamil Icaza, estos eran sus nombres completos,
murió soltera en su ciudad natal Guayaquil, el 28 de octubre de 1916, a los 64 años de
edad, en la casa situada en 10 de Agosto 419 y Chimborazo, esquina. En el lugar
existe una placa que puso en 1970 el Consejo Scout, de Guayaquil. En la acera
de al frente en la esquina del parque Centenario, el Municipio le construyó una
estatua donde está sentada tocando el piano.La bóveda No. 303, de Ana Villamil
Icaza, se encuentra en el Cementerio General de Guayaquil, muy cerca a la del héroe
José de Villamil, abuelo y padrino de la artista.
Para el profesor Hugo Delgado Cepeda “en la estrofa de la Canción
al 9 de Octubre logró Olmedo resumir la gloria y hazaña del pueblo guayaquileño
en 1820. Dio a entender el heroísmo, el esfuerzo y el sacrificio, y hace que
nuestro pecho se desborde con el fuego sagrado del patriotismo”. Un colegio
fiscal y una calle tienen el nombre de Ana Villamil Icaza.
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